Aquellas tardes en donde me perdía en la inmensidad de mi soledad han quedado atrás, tras una gran ola del cambio de vida, ya han pasados los meses y seguimos aquí, tras una revolución en mi vida considero que podríamos dar otros paso más, pero no es el momento, todo a su tiempo, cada vez que veo su rostro me dan ganas de cantar, hoy ayer mientras la esperaba y traía mis audífonos me puse a cantar, parece que en vos alta, y no me apené. Porque me recordaba a ella.
Yo. Canto por felicidad.
Perdón sí hay veces en las que te hago sentir mal, soy humanos y no soy perfecto, pero de mis errores puedo aprender.
Tomates infinitos...
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